Cómo votar contra tus propios intereses.

Entre toda esta amalgama de desintereses, sinsentidos y deferencias políticas por el mártir perverso y político hablamos de política en cada esquina y cada hora. Es difícil olvidar que el crédito no tiene intención de fluir si va directamente a los bancos, que no tiene intención de fluir si subimos el IVA o abaratamos el despido. Es difícil olvidar que comer cada día está más difícil y que son muchas ya las personas, y me atrevo a decirlo en un tono no-demagógico, que tienen que decidir entre lomo y mortadela o lo que es peor, entre mortadela y un análisis de sangre.

El acceso a la sanidad se dificulta, servicios sociales como el SUMMA tiritan. Una cama en el hospital puede ser motivo de embargo y acabaremos pagando un transplante de riñón con su hermano sano. No te des de baja, te pueden echar. Y si lo haces hazlo 8 días, o 21. La regla es tan estúpida que el motivo de despido se facilita en torno al esguince. Nos ponen la zancadilla y nos largan por torcernos el pie.

La educación se clasifica (de clase, no de organizar), las tasas de la universidad crecen porcentajes abusivos y en la prevención de un gobierno en el acceso a estudios de grado superior, antes accesibles para muchas, está el crecimiento de otra tasa. Los profesores que se multipliquen que los alumnos vendrán de cuarenta en cuarenta en los institutos. Tantos como horas a la semana. Y el material educativo el que data de hace tres legislaturas.

La banca es rescatada con dinero público. Personas desahuciadas que con sus impuestos (cada vez más) están pagando el rescate del banco que les lanza a la calle. Sin alternativa alguna. Y si un alto cargo dimite que se lleve una buena indemnización por haber sido el más incompetente entre los incompetentes.

De el último paquete de recortes debemos entender que para este gobierno es más necesario ir a los toros que cortarse el pelo. Curioso que un par de calvos como Montoro y De Guindos sean los responsables de aplicarle un tipo máximo (21%) a las peluquerías. Y a las funerarias. Que morirse no lo regalan. Y recortar las prestaciones por desempleo para «animar a la búsqueda de empleo activa».

Y oigan, hagan un esfuerzo.

Pues de todas estas cosas se habla en cada esquina, incluso del número de políticos que tenemos en nuestro país. Cuatrocientosmil y pico y lancemos el grito en el cielo. El problema es que olvidamos al más importante de todos los actores políticos de nuestra sociedad, la ciudadanía. Nosotras, las personas.

Vayamos pues al plato que nos interesa, Españistán: ¿Cómo votar contra tus propios intereses?

Necesitamos los siguientes ingredientes:

-Un sistema capitalista.
-Un país de pandereta.
-Una constitución bipartidista
-Un presidente incompetente y una oposición de cachondeo. (Aplicable a cualquier época de ‘esta nuestra democracia’)
-Un sistema que fomente la estafa y ampare al banquero.
-Unos medios de comunicación que a la orden de ‘Salta!’ sepan contestar ‘¿A qué altura?’
-Una economía del capital engañosa.
-Un erotismo pornográfico de la propiedad privada. 

Elaboración:

Mezcla todos los ingredientes durante 32 años.
Fin.
Resultado: Una ciudadanía dividida en tres quesitos.

Los ricos
La «clase media»

Y un último grupo a caballo entre las otras dos que cree que en todo esto lo equitativo es una política de centro. Y que ya que está, que joder, que mola tener un BMW, que puestos a preferir, prefiere pertenecer a esa otra clase más acomodada. A todos los que me hacéis sentir esclavo cada día solo tengo una cosa que deciros: La política o es de izquierdas (de la de verdad, no de la del PSOE o El País) o no es.

Muchos de los que votaron al PP no tienen porqué estar en la tesitura de ser juzgados o ser culpables. Este país educa en la ignorancia y fomenta el ping pong político. Creyeron que lo solucionarían y no les culpo, sus predecesores, esta vez sí, eran de cachondeo. La alternativa en su momento era casi peor.
Ahora, al resto que votáis al PP por convicción y que os da igual qué hagan o dejen de hacer, que no os planteáis nada de lo que pasa a vuestro alrededor y que estáis tan alejados de vuestros vecinos como el propio gobierno no os voy a decir nada pero sí que os remitiré muy amablemente a las palabras de una de las diputadas en el congreso de vuestro partido, Andrea Fabra.

Abro estilo directo y entrecomillo: «Que os jodan».

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